Importancia del ejercicio en la enfermedad de Parkinson
Andrés Velasco
2/24/2025
La actividad física es un pilar fundamental en la rehabilitación de la enfermedad de Parkinson (EP). Numerosos estudios han demostrado que el ejercicio no solo mejora los síntomas motores, sino que también impacta positivamente en la calidad de vida, reduciendo la rigidez, mejorando la coordinación y disminuyendo el riesgo de caídas. Sin embargo, determinar la dosis y el tipo de ejercicio más adecuado sigue siendo un reto.
Un reciente meta-análisis publicado en el Journal of Science and Medicine in Sport (Wang et al., 2025) analiza 81 estudios con más de 4,500 pacientes con el objetivo de establecer una dosis óptima de ejercicio. Los resultados sugieren que un rango de 600 a 1300 MET-min/semana es suficiente para generar mejoras significativas en la función motora, destacando la danza como la intervención más eficaz.
Si bien el estudio proporciona una base sólida para la prescripción de ejercicio en la EP, presenta algunas limitaciones importantes:
Heterogeneidad en los ejercicios estudiados: Se analizaron 12 tipos de actividad física, incluyendo danza, ejercicio aeróbico, resistencia, equilibrio y entrenamiento sensorial, lo que permite una visión amplia pero dificulta la aplicación uniforme en la práctica clínica.
Evaluación en estado "ON": La mayoría de los estudios se realizaron con pacientes bajo el efecto de la medicación, lo que podría sobreestimar los beneficios del ejercicio en la movilidad y en la reducción de la rigidez.
Falta de personalización: No se consideraron factores individuales como la fatiga, la progresión de la enfermedad o las dificultades específicas en la movilidad, lo que es esencial en cualquier programa de rehabilitación.
A pesar de estas limitaciones, el estudio refuerza la necesidad de incluir el ejercicio en los programas de rehabilitación para la EP y aporta datos útiles para la estructuración de estos programas.
Análisis de las intervenciones mencionadas
El estudio evaluó 12 tipos de ejercicio y determinó que algunos fueron más eficaces que otros. Entre los más destacados se encuentran:
Danza: La intervención con mayores beneficios en la reducción de los síntomas motores, con un umbral de efectividad desde 230 MET-min/semana y un óptimo en 850 MET-min/semana. Se asocia con mejoras en la coordinación, el equilibrio y la función cognitiva.
Ejercicio aeróbico: Requiere una dosis más alta (1100 MET-min/semana) para alcanzar cambios clínicamente significativos, pero es útil para mejorar la resistencia cardiovascular y la velocidad de marcha.
Entrenamiento de fuerza: Demostró ser efectivo en la mejora de la fuerza muscular y la estabilidad postural, con beneficios observados desde 70 MET-min/semana.
Ejercicio de soporte de peso corporal (BWS): Mostró mejoras en la estabilidad y la marcha con dosis tan bajas como 60 MET-min/semana.
Ejercicio sensorial: Beneficioso a partir de 90 MET-min/semana, ayudando a mejorar la propiocepción y la coordinación.
Aplicaciones en la práctica clínica
Para trasladar estos hallazgos a la rehabilitación diaria, se pueden diseñar programas adaptados a las necesidades de cada paciente. A continuación, se presenta una propuesta basada en una sesión de una hora de duración.
Ejemplo de protocolo de rehabilitación (1 hora por sesión, 2 sesiones/semana)
Calentamiento y movilidad articular (10 minutos)
Movilización activa de articulaciones principales (cuello, hombros, caderas, rodillas, tobillos).
Estimado: 5 METs × 10 min = 50 MET-min.
Ejercicio aeróbico moderado a intenso (20 minutos)
Bicicleta estática o caminata en cinta a ritmo moderado-intenso (6-8 METs).
Estimado: 7 METs × 20 min = 140 MET-min.
Entrenamiento de fuerza (20 minutos)
Sentadillas asistidas, levantarse y sentarse de una silla.
Trabajo de fuerza con lastres o bandas elásticas.
Estimado: 6 METs × 20 min = 120 MET-min.
Ejercicio sensorial y equilibrio en superficies inestables (10 minutos)
Caminatas sobre diferentes texturas para estimular la propiocepción.
Ejercicios en superficies inestables (bosu, colchonetas) para mejorar el control postural.
Movimientos coordinados con estímulos visuales o auditivos.
Estimado: 5 METs × 10 min = 50 MET-min.
Total semanal estimado (2 sesiones)
Solo protocolo base: 750 MET-min/semana.
Si se incorpora HIIT (en algunas sesiones, 10 min a 8 METs): 910 MET-min/semana.
Este protocolo asegura que los pacientes alcancen la dosis mínima recomendada de 600 MET-min/semana, con la posibilidad de llegar hasta 1300 MET-min/semana al aumentar la intensidad o la frecuencia de las sesiones.
Cálculo de los MET
Los MET se calculan con la siguiente fórmula:
MET-min = METs de la actividad × duración en minutos × frecuencia semanal
Para determinar los MET de una actividad específica, se pueden utilizar:
Tablas del Compendium of Physical Activities, que asignan valores MET a distintas actividades(https://cdn-links.lww.com/permalink/mss/a/mss_43_8_2011_06_13_ainsworth_202093_sdc1.pdf).
Monitores de actividad o pulsómetros, que estiman el gasto energético y pueden correlacionarse con valores MET.
Frecuencia cardíaca: Se puede usar como indicador indirecto de intensidad, aunque no proporciona un valor MET exacto.
Ejemplo de cálculo: Si un paciente realiza bicicleta estática a 6 METs durante 20 minutos, dos veces por semana:
6 METs × 20 min × 2 días = 240 MET-min/semana
El uso de estas herramientas permite ajustar el nivel de ejercicio para alcanzar los valores recomendados y personalizar la rehabilitación según las capacidades y objetivos del paciente.
El ejercicio es una estrategia terapéutica esencial en la rehabilitación de la enfermedad de Parkinson, pero debe ser personalizado y adaptado a las capacidades individuales de cada paciente. El estudio de Wang et al. (2025) proporciona una base cuantitativa valiosa para la planificación del ejercicio, aunque su implementación requiere considerar factores como la fatiga, la seguridad y la adherencia al tratamiento.
El éxito de cualquier programa de rehabilitación radica en encontrar un equilibrio entre eficacia y sostenibilidad, asegurando que los pacientes puedan mantener la actividad física a lo largo del tiempo. La combinación de ejercicio aeróbico, fuerza, equilibrio y estimulación sensorial ofrece un enfoque integral que maximiza los beneficios terapéuticos en la EP.
Referencia
Wang, J., Yuan, Y., Xie, T., Zhang, L., Xu, H., Lin, S. C., Yang, Y., Zhu, D., & Zhuang, J. (2025). Optimal dose and type of exercise to improve motor symptoms in adults with Parkinson's disease: A network meta-analysis. Journal of Science and Medicine in Sport. https://doi.org/10.1016/j.jsams.2025.01.003
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