Claves para el afrontamiento de la enfermedad de Parkinson
Andrés Velasco
12/2/2024
La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo crónico que afecta principalmente al control del movimiento, pero también tiene importantes repercusiones en el ámbito cognitivo y emocional. Es causada por la pérdida progresiva de neuronas productoras de dopamina en la sustancia negra del cerebro, lo que altera las funciones motoras, la regulación del equilibrio y otros procesos esenciales.
Comprender esta enfermedad y actuar de forma temprana con estrategias de rehabilitación personalizadas es fundamental para enlentecer su avance, mantener la funcionalidad y mejorar la calidad de vida.
Tipos de Enfermedad de Parkinson
El Parkinson puede manifestarse de diferentes formas dependiendo de su origen y evolución:
Parkinson idiopático:
Es el tipo más común y de origen desconocido. Su evolución tiende a ser lenta, permitiendo intervenciones progresivas para preservar la calidad de vida.Parkinson secundario:
Surge como consecuencia de factores externos como traumatismos, infecciones o el uso prolongado de medicamentos específicos.Síndromes parkinsonianos atípicos:
Aunque comparten algunos síntomas con el Parkinson, presentan características diferenciadoras como una progresión más rápida y menor respuesta a los tratamientos convencionales.
Síntomas
El Parkinson es conocido principalmente por sus síntomas motores, pero su impacto se extiende a otras áreas de la vida del paciente, incluyendo aspectos cognitivos y emocionales.
Alteraciones motoras
Bradicinesia:
Lentitud en los movimientos voluntarios que afecta tareas cotidianas como vestirse, alimentarse o escribir.Temblores en reposo:
Frecuentes en una extremidad, suelen disminuir durante el movimiento voluntario pero afectan la precisión en actividades finas.Rigidez muscular:
Tensión continua que limita la amplitud de movimiento y provoca molestias.Problemas de equilibrio y postura:
Incluyen inestabilidad al caminar, tendencia a adoptar una postura cifótica e incremento en el riesgo de caídas.Congelamiento de la marcha (freezing):
Episodios donde la persona siente que sus pies están pegados al suelo, especialmente al iniciar un movimiento, girar o atravesar espacios estrechos.Dificultades con tareas duales:
Combinar movimientos con actividades cognitivas (como caminar mientras se habla) resulta complicado, afectando la capacidad para manejar múltiples demandas simultáneamente.
Otros síntomas relevantes
Cognitivos:
Dificultades con la memoria, la atención y la toma de decisiones. En etapas avanzadas, puede aparecer demencia asociada al Parkinson.Emocionales:
Depresión, ansiedad y apatía, que afectan el estado anímico y la motivación.No motores:
Alteraciones del sueño, fatiga extrema, estreñimiento y dolor crónico que contribuyen al impacto global de la enfermedad.
La importancia de una rehabilitación temprana
La rehabilitación en el Parkinson busca mejorar los síntomas, enlentecer su progresión y mantener la funcionalidad. Un abordaje temprano es clave para preservar capacidades esenciales y adaptarse a los desafíos de la enfermedad.
El trabajo en la marcha es fundamental, especialmente ante el congelamiento (freezing). Estrategias como señales visuales (líneas en el suelo, láser) y auditivas (metrónomo o ritmo marcado) ayudan a superar estos bloqueos. Además, se entrenan aspectos como la longitud del paso, la estabilidad y la seguridad en los desplazamientos para minimizar caídas.
Las dificultades en la coordinación y secuenciación de movimientos también se abordan con ejercicios que combinan tareas motoras complejas, tanto a nivel global como bimanual. Esto mejora la fluidez y eficacia en actividades funcionales, como levantarse y caminar o realizar movimientos en secuencia. El entrenamiento de fuerza es esencial para combatir la debilidad muscular y mejorar el rendimiento físico en las actividades diarias.
La rehabilitación personalizada y dinámica asegura que las estrategias terapéuticas se ajusten a las necesidades específicas del paciente, fomentando la independencia y mejorando la calidad de vida.
Conclusión
La enfermedad de Parkinson no solo afecta al movimiento, sino que tiene un impacto global en la vida de las personas. Sin embargo, un enfoque rehabilitador temprano, continuo y personalizado permite afrontar estos desafíos de manera efectiva, ralentizando la progresión de la enfermedad y manteniendo la calidad de vida.
Comprender el Parkinson y sus síntomas, junto con la aplicación de estrategias específicas como señales visuales o auditivas, es clave para preservar la independencia y garantizar que las personas puedan seguir participando activamente en su entorno y en las actividades que valoran.
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