5 mitos sobre el ictus que pueden frenar la recuperación

Andrés Velasco

6/9/2025

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Cuando una persona sufre un ictus, su entorno más cercano —familiares, cuidadores, amigos— comienza a enfrentarse a una situación completamente nueva. En muchos casos, la información disponible es confusa o está llena de suposiciones. A lo largo de mi experiencia clínica, he observado cómo ciertos mitos sobre el ictus pueden interferir negativamente en el proceso de recuperación.

Estas creencias, aunque extendidas, pueden generar expectativas poco realistas, frustración o incluso abandono prematuro de la rehabilitación. En esta entrada, analizo cinco de los más comunes, explicando por qué no se ajustan a la realidad clínica y qué enfoque deberíamos adoptar en su lugar.

❌ 1. “Si ya camina, es que está bien”

La marcha es uno de los primeros objetivos visibles durante la rehabilitación, pero no es sinónimo de recuperación global.
En muchos casos, el paciente puede volver a caminar con cierta independencia, mientras mantiene déficits significativos en otras áreas como:
– Uso funcional del brazo y la mano afectada
– Atención sostenida y concentración
– Lenguaje, memoria o percepción espacial

Una valoración integral y continuada es esencial para no subestimar secuelas que pueden pasar desapercibidas a simple vista.

❌ 2. “Después de tres meses ya no mejora”

Existe la creencia de que todo el potencial de recuperación ocurre únicamente en los primeros tres meses post-ictus. Si bien es cierto que esa etapa suele ser la más intensa en cuanto a reorganización cerebral, la recuperación no se detiene ahí.

Gracias a la neuroplasticidad, el sistema nervioso central puede seguir adaptándose, creando nuevas conexiones y mejorando funciones durante meses o incluso años, especialmente cuando se mantienen los estímulos adecuados y una intervención terapéutica sostenida.

❌ 3. “Solo le pasa a personas mayores”

El ictus no es exclusivo de la población anciana. En los últimos años ha aumentado la incidencia en adultos jóvenes, debido a factores como el estrés crónico, el tabaquismo, la hipertensión arterial o hábitos de vida poco saludables.

Esto pone de manifiesto la necesidad de prevención activa y educación en salud también en edades tempranas.

❌ 4. “El brazo ya no se puede recuperar”

El miembro superior, especialmente la mano, suele mostrar una recuperación más lenta y desafiante que el inferior. Sin embargo, esto no significa que la recuperación sea imposible.

Con intervención específica, ejercicios funcionales adaptados y herramientas como la terapia espejo, es posible recuperar capacidades o mejorar significativamente el uso compensado del brazo afectado, contribuyendo a una mayor autonomía en la vida diaria.

❌ 5. “Desde casa no se puede hacer nada”

La implicación del entorno familiar en la rehabilitación es clave. Aunque el tratamiento profesional guiado es insustituible, la continuidad en casa refuerza lo trabajado en sesión y contribuye al mantenimiento de los logros funcionales.

Actividades como:
– Establecer rutinas estructuradas
– Favorecer la participación del paciente en AVD (actividades de la vida diaria)
– Fomentar el uso del lado afectado
– Proporcionar estímulos cognitivos sencillos
…pueden marcar una gran diferencia.

Conclusión

Derribar estos mitos no solo permite acompañar mejor al paciente, sino también reducir el desgaste emocional del entorno. La rehabilitación post-ictus es un proceso progresivo, dinámico y multidimensional.

Como terapeuta ocupacional especializado en neurorrehabilitación, acompaño a personas que han sufrido un ictus y a sus familias en cada etapa del camino. Desde la evaluación inicial hasta la adaptación del entorno y la recuperación funcional, mi objetivo es siempre el mismo: mejorar la autonomía y la calidad de vida real del paciente.

📍 Si estás en Huelva y necesitas orientación profesional, puedes ponerte en contacto conmigo sin compromiso.