Lo que necesitas saber sobre la rehabilitación tras un daño cerebral adquirido

La rehabilitación neurológica intensiva es una pieza clave para la recuperación tras un ictus o daño cerebral adquirido. Según la Guía de principios básicos de neurorrehabilitación publicada en Neurología (https://www.elsevier.es/es-revista-neurologia-295-articulo-guia-principios-basicos-neurorrehabilitacion-del-S0213485321001377), se recomienda un mínimo de 3 horas diarias de terapia intensiva para aprovechar la neuroplasticidad del cerebro. Este nivel de intensidad es crucial en las primeras semanas, cuando se produce un fenómeno de regeneración espontánea que permite al cerebro reorganizarse y compensar funciones perdidas.

Sin embargo, la realidad en muchos sistemas de salud es distinta. Por restricciones de recursos, la mayoría de los pacientes reciben menos de 1 hora diaria de terapia, un tiempo que puede ser insuficiente para lograr una recuperación funcional óptima. Este desfase subraya la necesidad de que los familiares tomen un papel activo en complementar la rehabilitación y buscar alternativas que favorezcan el proceso de recuperación.

La importancia de la neuroplasticidad y la curva de recuperación

La neuroplasticidad es la capacidad del cerebro para adaptarse a los cambios, creando nuevas conexiones neuronales para recuperar funciones dañadas. Esta capacidad es especialmente alta durante la curva de recuperación inicial, que alcanza su máximo en los primeros meses tras el daño. Durante este tiempo, la repetición y la constancia son esenciales para estimular al cerebro a reorganizarse. Si no se aprovecha este período con una rehabilitación adecuada, el progreso puede estancarse.

El artículo destaca que la cantidad de terapia no solo debe ser suficiente, sino también específica y personalizada. Las actividades repetitivas que se alinean con las necesidades individuales del paciente son las que mejor estimulan la plasticidad neuronal.

¿Qué puedes hacer como familiar o cuidador?

Dado que muchas instituciones públicas no pueden proporcionar la intensidad requerida, los familiares pueden tomar medidas adicionales para garantizar una rehabilitación más completa:

1. Busca opciones de terapia complementaria: Investiga centros especializados o terapeutas que ofrezcan sesiones más intensivas.

2. Involúcrate en casa: Consulta con profesionales especializados para diseñar actividades que se puedan realizar en el hogar.

3. Mantén el compromiso diario: Incluso actividades pequeñas y constantes pueden marcar una gran diferencia en la recuperación.

4. Pregunta y Aprende: Infórmate sobre las necesidades específicas del paciente y pide orientación al equipo rehabilitador.

La recuperación tras un ictus o daño cerebral no depende únicamente del tiempo, sino de la calidad y cantidad de la rehabilitación que se reciba. Entender la importancia de la intensidad terapéutica y aprovechar al máximo la neuroplasticidad puede ser decisivo para alcanzar una recuperación significativa. Como familiar, tu implicación puede marcar una gran diferencia en el proceso, ayudando a superar las limitaciones del sistema y asegurando que tu ser querido reciba la atención que realmente necesita.